Los precios al consumidor subieron 1,6% en Estados Unidos en enero respecto a igual lapso de 2010, una señal de que la inflación se empezaría a acelerar después de meses de letargo. Debajo de la superficie, sin embargo, hay un tira y afloja que impediría que el alza de los precios alcance en EE.UU. la misma dimensión que ya ha adquirido en China, América Latina, Europa y numerosos mercados emergentes. El aumento de todo tipo de precios, desde la gasolina hasta los alimentos y el café de Starbucks, generan temores de un regreso de la inflación en EE.UU. Pero en muchos otros negocios, como la peluquería y la jardinería, las empresas no han subido en absoluto sus precios y, en algunos casos, no les ha quedado más alternativa que bajarlos.
Hay dos fuerzas en conflicto. Por un lado, los crecientes costos de los commodities en todo el mundo hacen subir los precios de muchos bienes en EE.UU. Por el otro, la debilidad de la economía y el mercado inmobiliario y la alta tasa de desempleo mantienen a raya los precios de los servicios.
EL NUEVO HERALD
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