lunes, 26 de septiembre de 2011

La solución a la crisis de la eurozona exige una estrategia mundial.



El presidente francés, Nicolas Sarkozy, instó el miércoles a una acción internacional coordinada para impulsar el crecimiento, aunque dijo que les corresponde a las economías industriales llevar las riendas del proceso. "La actual situación exige la implementación de estrategias a medio plazo creíbles para volver a unas finanzas públicas saludables, pero también políticas coordinadas a nivel mundial para fomentar el crecimiento, para permitir a la economía mundial que se beneficie del dinamismo de las economías emergentes", dijo Sarkozy en un comunicado publicado tras reunirse con el presidente estadounidense, Barack Obama, y con la presidenta brasileña, Dilma Rousseff. Sarkozy dijo a los otros jefes de Estado que la solución a la actual crisis de deuda de la eurozona "debe ir en la misma dirección que una estrategia de crecimiento mundial más general que quiere fomentar en la cumbre del G-20 en Cannes", prevista para noviembre. Por su parte, el primer ministro francés, Francois Fillon, dijo el jueves que cancelar la deuda de Grecia como solución a la actual crisis de deuda soberana que está sacudiendo los mercados financieros sería "irresponsable". Fillon añadió que esto alejaría a los inversionistas del país, dañaría las instituciones financieras griegas y elevaría las tasas de interés para los hogares y las empresas griegas. En un discurso en París, Fillon insistió en que esa decisión "agravaría y extendería la crisis" en toda la eurozona, lo que acabaría por amenazar la propia existencia de la región. Fillon dijo que parte de la solución pasa por la creación de "un verdadero gobierno económico para la eurozona", e insistió en que el acuerdo del 21 de julio firmado por los países miembros de la eurozona sobre el segundo plan de rescate para Grecia debería ahora "aplicarse rigurosamente". Otra parte de la solución es la fortaleza de la relación franco-alemana, apuntó el primer ministro galo, que destacó que los dos países deberían trabajar hacia una tasa común en el impuesto de sociedades, así como un mismo horario laboral y una misma edad de jubilación. Respecto a los esfuerzos de Francia para hacer frente a su deuda y su déficit, Fillon dijo que el objetivo de un déficit del 3% del producto interior bruto en 2013 no es negociable. El Gobierno prevé restaurar el equilibrio de sus cuentas públicas en 2015.
THE WALL STREET JOURNAL

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