miércoles, 29 de agosto de 2012

Hipersensibilidad de los mercados y los inversionistas.


Cuando nos enteramos de las noticias sobre los mercados financieros internacionales y nacionales, es frecuente que leamos que éstos reaccionaron positiva o negativamente ante una noticia determinada. En ocasiones, motivados por noticias de orden técnico, como puede ser un dato de crecimiento por encima o por debajo de lo esperado, y en otras, como resultado de noticias de otra naturaleza como la enfermedad de un ministro de Economía, o la posibilidad de que tal o cual partido realice reformas de cierto tipo. En México, en Europa o en otras regiones, los mercados interpretan los acontecimientos y tendencias para proyectar lo que éstas implicarán para sus intereses y así tomar decisiones presentes. Pero recordemos que los mercados no toman decisiones; éstas las toman individuos. Apoyados en sistemas de procesamiento de datos, en información técnica dura y en su percepción del entorno, estos individuos, como todos, están sujetos a los mismos sesgos de decisión, errores perceptuales y condicionamientos conductuales que nos llevan cotidianamente a leer mal la realidad y a actuar no siempre con criterios puros de racionalidad. La llamada hipótesis de los mercados eficientes -a riesgo de sobresimplificar- no parte de reconocer que todos los inversionistas son racionales, sino de que el comportamiento “anormal” de algunos se anula con el comportamiento “normal” del resto. El problema es si partimos de reconocer que, en ciertos contextos, lo “normal” es el comportamiento “anormal”. Podemos ver de forma palpable este efecto de sobrereacción en la investigación realizada por Graciela L. Kaminsky y Sergio L Schmukler, quienes analizaron el efecto de las noticias en la crisis financiera de Asia a finales de los 90. Llegaron a la conclusión de que los mercados tienden a sobrereaccionar frente a noticias negativas. Este hallazgo, en línea con otras investigaciones conductuales, demuestra que, en proporción, tendemos a reaccionar más negativamente ante una noticia mala que lo que proporcionalmente hacemos de forma positiva con una noticia buena.
EL ECONOMISTA

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