Tailandia fijó el martes un impuesto a la inversión extranjera en bonos soberanos y Japón señaló que podría volver a intervenir en el mercado cambiario para debilitar el yen, al tiempo que China descartó nuevamente la posibilidad de permitir una apreciación acelerada del yuan. Después de que el encuentro del fin de semana del Fondo Monetario Internacional no lograra poner freno a la escalada en las tensiones cambiarias, los gobiernos asiáticos están redoblando sus esfuerzos para contener los flujos de capital que fortalecen sus divisas y, en consecuencia, afectan la competitividad de sus exportadores. El Gobierno tailandés acordó fijar un impuesto del 15 por ciento a las ganancias de capital y renta por intereses derivadas de la inversión extranjera en deuda soberana, en un intento por frenar el alza del baht, moneda que se encuentra en su nivel más alto desde la crisis asiática de 1997.
EL FINANCIERO
No hay comentarios:
Publicar un comentario