martes, 19 de junio de 2012

Persistentes temores sobre España empañan el optimismo por Grecia.


Puede que Grecia haya optado por quedarse en la zona euro, pero el breve efecto de los resultados electorales del domingo se extinguió rápidamente por una oleada de malas noticias de España que volvieron a golpear la confianza en la recuperación de Europa. Nuevas cifras del banco central de España mostraron que los bancos del país tenían en sus libros el nivel más alto de préstamos en mora en 18 años y que sus depósitos seguían disminuyendo. Estos datos pesimistas, sumados a los temores de que los auditores que están revisando el alicaído sistema bancario encontrarán más problemas, catapultaron el rendimiento de los bonos españoles a un territorio que sugiere que el gobierno cuenta con muy pocos interesados en comprar su deuda. La rentabilidad del bono español a 10 años se ubicó en 7,18% el lunes por la tarde en Londres, un nuevo récord en la era del euro para la cuarta mayor economía del bloque monetario. Es una señal preocupante y demuestra que los apuros de España siguen acumulándose pese a lo que pasa en Grecia o el resto de la región. La bolsa española cayó 3% y las acciones italianas perdieron 2,8%. Los bonos soberanos de Italia se debilitaron un poco, mientras que otros mercados europeos tuvieron un desempeño desigual. Los griegos votaron el domingo a favor de los partidos pro-Europa que tratarán de continuar implementando el programa de rescate del país, lo que alivia la preocupación de que se desatara un levantamiento popular que habría supuesto una amenaza para el futuro de Grecia en la zona euro.
THE WALL STREET JOURNAL

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